Un total de 100.000 plazas adicionales para refugiados se crearán en las próximas semanas en Grecia y en los países de la ruta de los Balcanes, con la ayuda de la Unión Europea y de la ONU. Es la principal decisión adoptada en la minicumbre de líderes europeos sobre la crisis de refugiados que ha concluido la madrugada de este lunes en Bruselas. Los países de los Balcanes se han comprometido además a no adoptar nuevas medidas unilaterales de cierre de fronteras que perjudiquen a sus vecinos, como ha venido ocurriendo en las últimas semanas.

“Europa no se construye los unos contra los otros. Europa se construye los unos con los otros”, ha resaltado el presidente de la Comisión, Jean Claude Juncker, en la rueda de prensa final tras la minicumbre. Juncker ha comparecido al lado de la canciller alemana, Angela Merkel, que fue quien pidió la convocatoria de la reunión; y del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Antonio Guterres.

En la minicumbre han participado además los líderes de Austria, Bulgaria, Croacia, Grecia, Hungría, Rumanía y Eslovenia, así como los representantes de Serbia, Macedonia y Albania, que no pertenecen a la UE. Del encuentro ha salido un plan de acción de 17 puntos cuyas prioridades son garantizar un trato adecuado a los refugiados, acabar con el caos en la gestión de las fronteras y evitar nuevos enfrentamientos y cruces de reproches entre los gobiernos.

“La única forma de restaurar el orden es ralentizar los flujos incontrolados de personas. La política de dejar pasar a la gente debe parar. La gente debe ser registrada. Sin registro no hay derechos”, ha señalado Juncker. A partir de ahora, los líderes europeos se comprometen a intercambiar información sobre los flujos de refugiados y a “evitar decisiones unilaterales cuyos efectos tienen que ser soportados por otros”, ha agregado. Para ello, todos los países deben nombrar en las próximas 24 horas a un funcionario de contacto que permita una coordinación diaria.

“Desalentaremos el movimiento de refugiados o inmigrantes hacia la frontera de otro país de la región. La política de dejar pasar a los refugiados sin informar a los países vecinos no es aceptable”, señala el punto tercero del plan de acción aprobado por los líderes que han participado en la minicumbre. Tanto Hungría como Eslovenia han acusado en las últimas semanas a Croacia de redirigir a los refugiados hacia sus fronteras. De hecho, el gobierno de Viktor Orban acaba de construir una valla con Croacia. Una medida que ha agravado de nuevo la crisis al concentrar toda la presión en Eslovenia.

Otra de las prioridades del plan de acción es precisamente ayudar a Eslovenia. En el plazo máximo de una semana, se desplegará en este país un contingente de 400 policías de fronteras que deben enviar el resto de países de la UE. “Para salvaguardar (el espacio sin fronteras Schengen), tenemos que reforzar la gestión de fronteras”, ha señalado Juncker, en particular entre Grecia, Macedonia, Albania y Serbia. La Agencia Europea de Control de Fronteras (Frontex) ofrecerá su apoyo y también reforzará su operación de patrulla marítima en el Egeo.

La mitad del esfuerzo en la creación de plazas extra en centros de acogida de refugiados (50.000) deberá hacerlo el Gobierno griego. De ellas, 30.000 tienen que estar listas antes de final de año y las otras 20.000 se pondrán en marcha con la colaboración de la ONU y mediante un sistema de acogida en familias griegas. Tanto Juncker como Merkel han elogiado la buena disposición del primer ministro heleno, Alexis Tsipras, para llevar a cabo este programa. Grecia se compromete a crear antes de fin de año un total de 5 centros de registro para identificar y tomar las huellas de los inmigrantes, pero hasta ahora ninguno está en marcha.

Las otras 50.000 plazas se ofercerán en los países de los Balcanes, pero el plan de acción no especifica dónde ni tampoco cuándo, y deja toda la tarea en manos del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados. “Todos los presentes estaban comprometidos. No hay un reparto en este momento. La ONU calculará las capacidades de recepción”, ha explicado a EL ESPAÑOL una fuente comunitaria.





“El imperativo inmediato es proporcionar refugio y garantizar que los inmigrantes y los refugiados en los Balcanes sean tratados de forma humana. No puede ser que en la Europa de 2015 se deje solas a las personas durmiendo a la intemperie con temperaturas heladoras”, ha resaltado Juncker.





No obstante, los líderes europeos han vuelto a insistir en la necesidad de acelerar las repatriaciones de aquellos inmigrantes económicos que no tienen derecho al asilo, y han incluido en la lista a los procedentes de Afganistán, un país con graves problemas de seguridad. Ha sido precisamente Merkel la que ha reclamado mejorar la cooperación con Afganistán, Pakistán y Bangladesh en materia de repatriaciones. La canciller ha repetido que es “muy importante” cerrar el acuerdo con Turquía para frenar la llegada de refugiados y ha dicho que Alemania trabajará bilateralmente para lograrlo.



La crisis de los refugiados es una de las “pruebas de fuego” más importantes a las que la UE se ha enfrentado, según Merkel. “Europa debe demostrar que es un continente de valores y solidaridad”. A su juicio, la minicumbre con los Balcanes supone un avance, pero los estados miembros todavía deben dar “más pasos” para garantizar una distribución equitativa de los esfuerzos.



Para Guterres, el objetivo debe ser sustituir el actual caos por “un movimiento regular de relocalización desde el punto de entrada (por ejemplo Grecia) a otros países de la UE de forma más cómoda, por ejemplo por avión”, en lugar de tener que ir de un país a otro por los Balcanes. Como esto no va a lograrse a corto plazo, “al menos hay que garantizar que el movimiento no sea caótico y que las personas puedan moverse con dignidad, sin arriesgar sus vidas y sin estar en manos de las redes de traficantes”, ha indicado el Alto Comisionado de la ONU.



El plan de los Balcanes aprobado este lunes se suma a toda una serie de iniciativas fragmentarias y a veces contradictorias que la UE ha adoptado hasta ahora para hacer frente a la crisis de refugiados. El principal problema de la mayoría de estas medidas es que todavía no se han puesto en práctica. Así, de momento sólo se ha repartido entre los estados miembros a 86 de los 160.000 refugiados acordados. Los Gobiernos sólo han proporcionado a Frontex 291 de los 775 guardias de frontera necesarios para ayudar a Grecia e Italia y tampoco han formalizado la ayuda prometida para Turquía, Siria o los países de África.



Por ello Juncker ha hecho un llamamiento a los líderes europeos para que cumplan los compromisos asumidos. “Hemos hablado mucho de los valores europeos en las últimas semanas y meses, pero se han puesto en marcha de manera insuficiente”, ha admitido. Por ello, Bruselas hará ahora cada semana una evaluación de los progresos logrados. “No hay soluciones milagro. Cerrar las fronteras no es una solución a largo plazo. La solución es actuar a lo europeo, de forma solidaria y responsable”, ha concluido.

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