- Elecciones Ayuso viaja a Ecuador para "estrechar lazos" con Hispanoamérica y participará en el cierre de campaña de Daniel Noboa
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En un país tan futbolero como Ecuador, que recibió como héroes a los jugadores del Barcelona de Guayaquil tras su empate en cancha del River Plate, Isabel Díaz Ayuso se ha convertido en la estrella del cierre de campaña para el presidente / candidatoDaniel Noboa, dispuesta a meter su penalti ante el gran empate electoral.
La presidenta de Madrid calentó con fuerza durante el miércoles para fustigar la candidatura revolucionaria, sólo antes de subirse al escenario del Coliseo Voltaire Paladines Polo de Guayaquil, donde compartirá cartel en la noche del jueves con los artistas Waldokinc, Darell y Tito, El Bambino.
Ayuso aprovechó las circunstancias para atacar la zona más débil de la portería correísta. "Ecuador no puede convertirse en otra Venezuela, hace falta que el proyecto valiente de Noboa se consolide", recalcó durante su intervención en el Coliseo General Rumiñahui de Quito.
La estrecha alianza que mantienen Rafael Correa, jefe político de la candidata Luisa González, con Nicolás Maduro, que incluye su labor como uno de sus principales asesores para que el hijo de Chávez se mantenga en el poder, es una de las principales debilidades de la candidatura de la Revolución Ciudadana. González ya ha dejado claro que reconocerá a Maduro, con todo su cariño, si el domingo consigue romper el empate técnico que adelantan distintas encuestas.
El último sondeo fiable al que ha tenido acceso EL MUNDO constata el empate: 50,1% para Noboa frente al 49,9% para González. En primera vuelta el abanderado de Acción Democrática Nacional (ADN) se impuso por apenas 16.000 votos.
"Son unas elecciones muy importantes para el futuro de Ecuador: hay que elegir entre libertad, seguridad y prosperidad o permitir que la violencia y el narcotráfico hundan al país en más pobreza y crimen", insistió la presidenta madrileña en términos muy parecidos a los que emplea Noboa. El primer mandatario ha gobernado apenas durante un año y medio en medio del conflicto armado interno que él mismo decretó contra las bandas de narcos locales, aliadas de los cárteles mexicanos de Sinaloa y de Jalisco Nueva Generación.
"Abran los ojos, miren el futuro, miren cómo está el mundo", reclamó la dirigente madrileña a los seguidores de Noboa en medio de la turbulencia de una campaña tan apretada que un solo error puede decantar la balanza hacia uno de los candidatos.
Error que cometió la candidata González al apostar por unos extraños gestores de paz para luchar en contra de la inseguridad, que obligó a su candidato a vicepresidente, Diego Borja, a aclarar que no se trata de la versión ecuatoriana de los colectivos chavistas o de los parapolicías enmascarados de Daniel Ortega.
En un guiño a los sectores más conservadores, el correísmo también ha recibido con regocijo el aparente apoyo del ex candidato socialcristiano Jan Topic, aquel que alardeaba en su currículum de haber luchado en las guerras de Ucrania y Siria.
El empate es del tal calibre en el país andino que la nueva Asamblea Nacional comenzará a rodar el 14 de mayo con su hemiciclo partido por la mitad: 67 diputados revolucionarios frente a 66 de ADN.
En semejante escenario, el analista Matías Abad lo tiene muy claro: "Al menos uno de cada 10 electores decide su voto frente a la papeleta. En un escenario de empate técnico, estos late deciders no sólo importan, definen".
A la postre, el apoyo a González del partido indígena Pachakutik, y con reparos del líder comunista indoamericano Leónidas Iza no ha resultado fundamental, tal y como pretendía el correísmo al firmar una alianza con quien conquistó en primera vuelta el 5% de los votos. Durante su década en el palacio de Carondelet, Rafael Correa sembró vientos y tempestades en la comunidad indígena ecuatoriana, que pese a los acuerdos de sus líderes no olvida el pasado.
Ni siquiera está claro que los ocho parlamentarios de Pachakutik se sumen a los 67 correístas para desnivelar el empate en la Asamblea, donde los partidos independientes suman seis escaños y los socialcristianos, cuatro.