¿Es mejor tener a los hijos muy seguidos o con mucha diferencia de edad?
¿Tener niños ya o esperar? Hijos seguidos vs. con años de espacio
- ¿Tener hijos muy seguidos o con espacio de algunos años entre ellos?
- Por qué SÍ tener a los hijos muy seguidos - Pañales y biberones de una vez
- ¿Y si les dejas espacio? Por qué deberías dejar años entre un hijo y otro
- Las ventajas y desventajas reales de tener a los hijos tan seguidos
- Y si tienes hijos con muchos años de diferencia ¿qué puedes esperar?
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¿Es mejor tener a los hijos muy seguidos o con mucha diferencia de edad? Esta duda asalta a muchos padres cuando piensan en ampliar a la familia. Hay quien dice que cuanto antes tengan hijos, mejor: crecen juntos, juegan juntos y te quitas a los pañales y biberones de una sola vez. Otros defienden que con unos años de por medio todo es más llevadero. Pero, ¿cuál es la mejor opción?
¿Tener hijos muy seguidos o con espacio de algunos años entre ellos?
A veces me preguntan por qué no me animé a tener un tercer bebé porque 'ya había dejado pasar mucho tiempo para embarazarme'. Y otras veces me preguntan si mi hijo menor fue 'un descuido', pero la verdad, después de tener a mi hija a los 28 y a mi hijo a los 31, entendí que en esto de la maternidad, ni el tiempo ni los calendarios ni la planeación nos salvan de la locura que es criar.
Tener hijos muy seguidos o con espacio de algunos años… igual te vas a volver medio loca. Yo solo me quedé con mis dos hijos y una diferencia de 3 años, 9 meses entre ellos. Desde mi experiencia a veces hubiera preferido que se llevaran menos porque ya cuando mi hija era más independiente tuve que volver a empezar con pañales, desveladas y biberones, y hoy están en etapas distintas.
Sin embargo, si se hubieran llevado un año entre ellos hoy tendría en casa a dos adolescentes y ya me imagino la locura que ello significaría. Decimos en México: 'cada quien habla como le fue en la feria' y si bien yo agradezco que se lleven un tiempo prudente, conozco mamás que casi cada año las veo embarazadas y hay casos en los que los niños se llevan 10 meses... ¡10 meses!
Ese es el caso de una chica que conocí en la escuela de mi hijo, se llama Mariana. Tiene un niño de 10 años, otro de 9 y luego hay un salto cuántico de un bebé de 2 años y meses, una nena de 1 año y está embarazada de 7 meses. Así es. Tiene 5 hijos. Independiente a eso a diario recuerdo que no importa la edad o el número de hijos: una madre siempre está al borde del colapso.
Por qué SÍ tener a los hijos muy seguidos - Pañales y biberones de una vez
'Es que si nacen con poco tiempo de diferencia, se crían juntos, comparten todo, juegan entre ellos y tú pasas rápido la etapa dura', me dijo una vez una conocida de la escuela de mi hija mayor, ella es mamá de mellizos de 11 años y tiene otro hijo que está por cumplir 10, así que técnicamente tuvo trillizos. La última frase (la de la 'etapa dura') me la dijo totalmente convencida.
En teoría suena bien: haces un esfuerzo concentrado en los primeros 4 o 5 años y después ya los tienes 'grandes' e independientes, corriendo por ahí sin que tú los tengas que andar vigilando constantemente. Pero la realidad te pega a las 3 AM, cuando los dos (¡los dos o tres!) se despiertan llorando por motivos diferentes: uno tiene hambre y el otro tiene mojado el pañal.
En el caso de Mariana en menos de tres años se embarazó tres veces... después de 9 años de tener a su segundo hijo. Ella ya 'había salido' de la etapa de pañales y estaba con el tema de la primaria de sus hijos mayores cuando se casó de nuevo. Su nuevo esposo moría por un bebé y tuvo a su peque que tiene ya 2 años, luego llegó una bebé que apenas cumplió 1 año, estando ella embarazada otra vez.
'Le dije a mi esposo: dime cuántos hijos quieres tener porque los tendré seguiditos para que jueguen entre ellos y yo me quito todo de una vez', me contó. La realidad de tener hijos tan pegados en edad es que no te da tiempo de respirar entre uno y otro. Cuando el primero empieza a dormir toda la noche, el segundo tiene cólicos. Y cuando por fin crees que estás del otro lado, empezamos con las papillas.
¿Y si les dejas espacio? Por qué deberías dejar años entre un hijo y otro
Por otro lado, a mí me pasó distinto: cuando mi hija nació, todo fue nuevo, mágico, lleno de dudas y preguntarle constantemente a mi mamá. Cuando nació mi hijo casi 4 años después, yo ya sabía a lo que iba, ya me sabía el ritmo y qué hacer y qué no. No era la misma locura que con mi primogénita, pero igual fue dura por la cesárea y el hecho de que todo el embarazo no pude atender a mi hija.
Eso sí: con esos años de diferencia, mis hijos nunca compartieron pañales, ni la misma siesta, ni el mismo biberón, ni la misma comida. Mi hija, aunque ya dormía toda la noche, al nacer el niño comenzó a despertar de nuevo. Yo esperaba que mi hijo pasara por lo mismo que ella: el reflujo, y no, para nada. Tomaba su fórmula y quedaba tan tranquilo como siempre, así que dormía y dormía.
El tema de la escuela también es bien diferente. Mi hijo iba en primero y mi hija en quinto grado de primaria, ella ya estaba en etapa preadolescente y mi hijo apenas hacía amiguitos. Uno aprendía a sumar mientras la otra entraba a esa etapa rebelde o tenía problemas con aprender cosas más complicadas de matemáticas. Lo que sí disfruté mucho fue vivir cada etapa con cierta calma (relativa, claro).
Me organicé de tal manera que puedo darles tiempo a cada uno porque una de las mejores decisiones fue separarlos de turno escolar. Por las mañanas me quedo con mi hija y ella es mega tranquila: hace sus cosas de la escuela, sus labores de casa y toma su siesta. En las tardes tengo a mi hijo y cambio el chip a personajes de Pokemon y a repasar toda su colección de tarjetas del mismo tema.
Las ventajas y desventajas reales de tener a los hijos tan seguidos
¿Hay ventajas de que los niños tengan tan poca diferencia de edad? Claro que sí:
- Se entretienen entre ellos. Con pocos años entre ellos, juegan juntos, se inventan roles, se pelean y hacen alianzas estratégicas contra sus padres. Es como vivir con una serie de Netflix en vivo.
- Mismo tipo de crianza. Siempre se está en modo 'mamá full-time', sin interrupciones. Todo es continuo: horarios, gustos musicales, películas y hasta los juguetes. Todos están en el mismo canal.
- Ya tienes práctica. En este punto sabes cambiar pañales con una mano, calmar berrinches con una mirada y has perfeccionado el arte de preparar loncheras con los ojos cerrados.
- Te 'liberas' antes. Muchas mamás lo ven como una maratón con meta clara: cuando los niños crecen un poco, pueden retomar su vida profesional o personal.
¿Pero qué hay de las desventajas?
- El agotamiento no tiene pausa. Es un ciclo sin fin de biberones, fiebres, vacunas y mucho mucho sueño acumulado. No hay tiempo para recuperar energías entre un hijo y otro.
- Poca atención a cada uno. A veces sientes culpa porque no puedes dedicar tiempo a uno u otro. Aunque están en etapas iguales sus vivencias y personalidades son distintas.
- Costos simultáneos. Dos o tres niños pequeños significan que todo se multiplica: pañales, ropa, pediatras. El gasto mensual se eleva y las cuentas de banco lloran en silencio.
- Menos red de apoyo. Muchas veces, el entorno cercano asume que como ya eres 'experta' en maternidad, no necesitas ayuda. Pero es todo lo contrario: la necesitas... más que nunca.
Y si tienes hijos con muchos años de diferencia ¿qué puedes esperar?
Hay quienes eligen (o la vida lo decide así) tener hijos con 4, 5, 7 o hasta 10 años de diferencia. Y no está mal, porque de hecho tiene sus ventajas también, por ejemplo, puedes dedicarle tiempo exclusivo a cada uno, el hermano mayor tiene toda la atención enfocada y aunque ya habías superado la etapa del chupón y los pañales, regresas con más experiencia y la mente abierta a disfrutarlo.
Si bien puede ser un reto tener a un adolescente y un bebé en casa, la diferencia puede ser ideal. En mi caso, los casi 4 años de separación fueron los justos para que mi hija terminara de dejar el pañal y durmiera en su propia habitación, mientras yo me dedicaba a darle papillas al pequeño. Sí jugaron, rieron, se pelearon y se volvieron a reconciliar, pero también que sean niño y niña hacen lo suyo.
No niego que hubo días en que lloré porque no podía con todo (sobre todo cuando ambos se enfermaban al mismo tiempo), porque también hubo risas, abrazos en simultáneo y miles de fotos en las que nos vemos disfrutando de lo lindo. Si estás pensando cuál es el mejor momento para tener otro hijo, mi consejo es: hazlo cuando tu corazón lo sienta, no cuando el calendario lo diga.
No hay receta ideal para decir si es mejor tener a los hijos muy seguidos o con años de diferencia. Hay familias que lo manejan genial con niños que parecen gemelitos y otras que agradecen cada año que pasó entre uno y otro. Eso sí: ármate de paciencia y de una buena dosis de humor. Porque la maternidad es el trabajo en el que te pagan con amor y abrazos... pero no hay descanso ni fines de semana libres.
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Bibliografía
- Bencomo López, O. (2018) Diversas concepciones de la maternidad: El deseo de ser o no ser madre. Tesis de grado de Sociología. Facultad de Ciencias Políticas, Sociales y de la Comunicación (ed.), Universidad de La Laguna, España, pp. 1-53, Disponible en https://riull.ull.es/xmlui/bitstream/handle/915/12230/Diversas+concepciones+de+la+maternidad+El+deseo+de+ser+o+no+ser+madre.pdf;jsessionid=D15E4D646EAE22DC316AF91F738A1914?sequence=1