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El Gobierno de la India promete una respuesta contundente a la masacre de turistas en Cachemira

El ataque terrorista, reivindicado por un grupo insurgente local, que causó 26 muertos, es el más grave perpetrado contra población civil desde el tiroteo de Bombay de 2008

Funeral de Adil Hussain Shah, una de las víctimas del atentado terrorista en Cachemira, este miércoles.

El atentado terrorista que el martes causó 26 muertos y 17 heridos entre un grupo de turistas en Cachemira ha desencadenado múltiples consecuencias dentro y fuera de esta volátil región india, escenario del acto terrorista más grave contra civiles desde los ataques de Bombay de noviembre de 2008. Mientras las fuerzas de seguridad han lanzado una caza masiva de los sospechosos del tiroteo, reivindicado por el grupo insurgente Frente de Resistencia (TFR por sus siglas en inglés), el valle de Cachemira se ha colmado de protestas por los ataques y las aerolíneas han tenido que programar nuevos vuelos ante la repentina demanda de turistas que desean salir de la región. El primer ministro Narendra Modi y su ministra de Finanzas, Nirmala Sitharaman, han acortado sus viajes y regresado al país.

El Gobierno ha prometido una respuesta contundente: “Quiero asegurar a mis compatriotas que el Gobierno adoptará todas las medidas necesarias. No solo alcanzaremos a los autores materiales de este acto, sino también a quienes están detrás de él (…) Los responsables pronto recibirán una respuesta inequívoca y enérgica”, ha afirmado este miércoles Rajnath Singh, ministro de Defensa. “No solo alcanzaremos a quienes han perpetrado este incidente, sino también a quienes, sentados entre bastidores, han conspirado para cometer tales actos en suelo indio”, ha subrayado.

La declaración del ministro de Defensa se produce en un contexto de refuerzo de la seguridad en la región de Cachemira tras el atentado del martes, que también ha provocado un descenso temporal del turismo. El Gobierno centra ahora sus esfuerzos en garantizar la seguridad de la zona y en llevar ante la justicia a los responsables del acto terrorista, el TFR. Este es un grupo armado fundado en 2019, poco después de que Modi revocara el estatus semiautónomo de que gozaba Cachemira, y dividiendo el Estado en dos territorios administrados federalmente: la región de Jammu y Cachemira, y la de Ladakh. La medida provocó un deterioro de los lazos con Pakistán y desató intensas protestas durante meses. En un mensaje en redes sociales, el grupo insurgente ha expresado su descontento por el hecho de que más de 85.000 “forasteros” se hubieran asentado en la región, provocando un “cambio demográfico”.

La región de Cachemira ha sido un foco de conflicto prolongado entre India y Pakistán desde su separación del Imperio Británico en 1947. La violencia ha azotado Cachemira, reclamada en su totalidad, pero gobernada en parte tanto por India, de mayoría hindú, como por Pakistán, de mayoría musulmana, desde que comenzó la insurgencia antiindia en 1989. Decenas de miles de personas han muerto, aunque la violencia ha disminuido en los últimos años. El atentado de este martes ha supuesto un revés para lo que Modi y su partido, el nacionalista hindú Bharatiya Janata, habían proyectado como un gran logro para llevar la paz y el desarrollo a esta zona.

Vigilia por las víctimas del atentado terrorista en Cachemira, este miércoles en Srinagar.

El suceso tuvo lugar el martes en una pradera frecuentada por turistas en la zona de Pahalgam. Los testigos presenciales relataron que los atacantes emergieron del denso bosque circundante y abrieron fuego contra los visitantes por considerarlos no musulmanes, provocando la muerte de al menos 26, en su mayoría de nacionalidad india, y 17 heridos. En una nueva declaración difundida este miércoles, el grupo ha afirmado que las personas atacadas “no eran turistas normales, sino que estaban vinculadas y afiliadas a agencias de seguridad indias”, y ha advertido que intensificará sus actividades.

Mientras, las fuerzas de seguridad están peinando los bosques de la zona donde se produjo el tiroteo y unas 100 personas sospechosas de haber simpatizado con militantes en el pasado, han sido llamadas a presentarse en las comisarías de la región para ser interrogadas, según informa Reuters. La policía también ha hecho públicos los retratos robot de tres de los cuatro presuntos atacantes, que iban vestidos con camisas largas tradicionales y pantalones holgados, y uno de ellos llevaba una cámara corporal, dijo una fuente interna. Había unos 1.000 turistas y unos 300 proveedores de servicios y trabajadores locales en el valle cuando se produjo el ataque.

Cierre del valle de Cachemira

Un día después de la masacre, el valle de Cachemira se ha paralizado: este miércoles, más de una docena de organizaciones locales han convocado un paro en el territorio federal a modo de protesta y muchas escuelas han suspendido las clases. Durante la manifestación, los manifestantes han acudido a varias localidades gritando consignas como “Dejad de matar inocentes” o “Los turistas son nuestra vida”. El creciente número de viajeors ha ayudado a la economía local.

Mientras tanto, las aerolíneas han comenzado a operar vuelos extra desde Srinagar, la capital del territorio, ya que muchos visitantes han optado por salir de la región. “Es desgarrador ver el éxodo de nuestros huéspedes”, ha declarado el delegado del Gobierno, Omar Abdullah, en X, añadiendo que la principal autopista que conecta Srinagar con el resto del país, dañada por unas fuertes lluvias, se había abierto al tráfico en un solo sentido para ayudar a los turistas que se marchan por carretera.

Mientras que algunos operadores turísticos locales afirmaron que ya estaban recibiendo cancelaciones para la próxima temporada alta de verano, la sección local de la Federación de Agentes de Viajes de la India también ha condenado el ataque. “Seguiremos fomentando los viajes al Valle y nos mantendremos firmes frente a quienes intentan sembrar el miedo y el malestar”, ha declarado en un comunicado su presidente, Shamim Shah.


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